Davos 2024: Mucho ruido y…

DAVOS 2024

Davos 2024: Mucho ruido y… …almendras amargas.

Del 15 al 19 de enero de 2024, tuvo lugar la edición número cincuenta y cuatro del Foro Económico Mundial en Davos. Desde nuestra inmobiliaria Valencia lo seguimos muy de cerca y hasta cierto punto tuvimos la esperanza de poder encabezar nuestro artículo con la famosa frase de Shakespeare que le da vida a una de sus comedias: Mucho ruido y pocas nueces. El problema es que, de todo ello, solo hubo mucho ruido, porque las nueces fueron sustituidas por las almendras y estas… estaban amargas, con el riesgo de vida que ello implica si se consumen más de la cuenta.

Claro, hay que estar dispuesto a tolerar el angustioso sabor de las almendras amargas para que nuestra existencia corra peligro. Sin embargo, los exponentes se las ingeniaron de manera magistral para vendernos el veneno en un envase que promete el más delicioso pastel. Por eso desde nuestra inmobiliaria lujo Valencia hemos desmenuzado y calado profundo en las medidas que se cocieron a fuego lento durante todo un año y se sirvieron en un menú exprés durante cinco días en los que, una vez más, nos confirman que esta reunión anual es meramente un despliegue de capitalismo de estado, amiguismo, mercantilismo y socialismo depredador. Descubre con nosotros lo que el Foro de Davos te ocultó detrás de sus «soluciones».

A falta de uno, cuatro fueron los ejes en torno a los cuales giró el discurso en el Foro de Davos:

  • Cambio climático
  • Inteligencia artificial
  • Fake news
  • Desigualdad

Las propuestas para solucionar los tres primeros vienen empaquetadas de la siguiente manera: mayor intervencionismo del estado; mayores regulaciones; más impuestos y abrir la puerta a algún tipo de censura a los periodistas y comunicadores independientes más críticos.

Por lo tanto, quienes esperábamos que los grandes líderes mundiales, esos que suben al podio con la bandera de la igualdad y mejores oportunidades para todos, finalmente nos sorprendieran con vientos de desregulaciones y de reducción impositiva, amanecimos el 20 de enero con las esperanzas rotas y con un panorama negro ante nuestros ojos.

El pequeño y gran empresario, incluso quienes lideran multinacionales si estas no están contempladas dentro del amiguismo de los que orquestan el Foro Económico Mundial, fueron advertidos de que deberán ajustarse el cinturón, porque habrá menos de todo para todos.

Riqueza para cinco

A partir del año 2020, hubo un movimiento de capital sin precedentes en la historia: las cinco personas más millonarias del planeta (multibillonarias, para ser lingüísticamente más rigusosos) vieron aumentar sus arcas de riqueza, mientras que cinco mil millones de personas fueron testigos impávidos de la fuga de sus recursos (ahorros, salarios, pisos…).

Es verdad que el capitalismo es, por definición, la acumulación de capital por parte de una fracción reducida de la población, pero cinco personas en un mundo de ocho mil millones es una burla en nuestros propios rostros.

Cuando le llegó el turno a este tema para ser abordado, se presentó una carta firmada por doscientos cincuenta multimillonarios, quienes solicitaban que el gobierno les cobrara más impuestos para así nivelar la desigualdad en cierta medida. ¿Es así de fácil? Lo cierto es que la realidad tiene una opción mucho más sencilla para este grupo de buenos samaritanos: la casilla de donación. La legislación de la mayoría de los países prevé la posibilidad de realizar una donación al propio Estado.

Por lo tanto, no es necesario levantar la mano en Davos y mostrarse tan entusiasmado de que nos apliquen una medida que, una vez que la hemos puesto sobre la mesa, sabemos que la puerta para que se la apliquen a toda la población habrá quedado abierta.

Javier Milei y Pedro Sánchez – los polos opuestos despliegan sus propuestas en Davos

El nuevo encuentro de megaempresarios y políticos en Davos no hubiera tenido novedades significativas (fue todo más de lo mismo que habíamos venido escuchando desde hace algunos años, incluso con vestigios del «no tendrás nada y serás feliz») si no hubiera sido por el discurso disruptivo de Javier Milei, el flamante nuevo presidente de Argentina que llegó para combatir a la izquierda.

Dado que el Foro Económico Mundial se las ha ingeniado para crear un efecto «capitalista» en sus propuestas, cuando ya ha quedado muy claro que se trata de una élite de derecha que pretende sumir al mundo en el control y la pobreza de la izquierda, el discurso de Javier Milei fue el oasis que un mundo cada vez más desertificado estaba necesitando.

El presidente de Argentina disparó un anuncio que captó la atención de todos los oyentes, para luego comenzar a disparar contra todos los responsables de haber llegado a una situación semejante, la cual era completamente evitable: «Occidente está en peligro», fueron las palabras que precedieron al saludo de cortesía.

Occidente, históricamente caracterizado por valores tales como la libertad individual, el capitalismo, el libre comercio y la economía liberal, hoy se encuentra al borde del abismo ante la creciente intención del estado de coartar todas esas libertades para imponer medidas que claramente van enfocadas a perjudicar a la población, de las tres clases económico-sociales tradicionales, para así favorecer a los estados y a las megacorporaciones, especialmente a aquellas dedicadas a producir bienes cuyo consumo se pretende promover: armamento de guerra y energías «renovables».

No obstante, lo que nadie nos cuenta es que no hay nada de renovable en los vehículos eléctricos, los cuales, una vez cumplida su vida útil, se convierten en desperdicio destinado a alimentar los grandes vertederos de basura mundiales.

Mientras Milei llevó a Davos su ya conocido discurso de reducir el estado a su mínima expresión, Pedro Sánchez, quien subió al estrado inmediatamente después de que el presidente argentino lacerara las conciencias de los globalistas que nos están conduciendo a una inminente pobreza y a una pérdida de riqueza de quienes hoy tienen el privilegio de pertenecer a la clase alta, planteó la impostergable necesidad de que el estado cobre un protagonismo de tintes medievales-monárquicos la vida de los ciudadanos.

La identidad digital – ¿Ángel o demonio?

La vistieron de ángel, claro está. ¿Quién podría decir que sería contraproducente un documento que nos permitirá hacer trámites en un abrir y cerrar de ojos, gracias al cual podremos evitar los palos en la rueda que nos pone la burocracia por simple pereza (o tal vez hasta por diversión), así como también imposibilita que secuestren nuestra identidad con propósitos fraudulentos? ¿Quién podría pensar mal de un esfuerzo que harán los gobiernos en pro de nuestra seguridad, especialmente después de ver a Máxima, la reina consorte de Países Bajos, hablar maravillas de la identidad digital con su voz angelical?

Sin embargo, hay que advertir de lo que esto puede significar, sobre todo analizando ejemplos reales, contantes y sonantes como es China. ¿Qué sucede en ese territorio asiático cuando alguien se comporta de forma contraria a lo que el gobierno arbitrariamente indica? Simplemente es identificado y, según haya sido el grado de su disidencia, será el castigo que le impondrán, el cual oscila entre la sustracción de créditos sociales hasta la prisión, e incluso su desaparición.

La identidad digital pretende reunir todos tus documentos: DNI, pasaporte, tarjeta sanitaria y carné de conducir, en un mismo lugar. De esta forma, todos tus datos serán almacenados por el gobierno, desde donde se sabrá desde si te encuentras vacunado hasta qué bienes y servicios has comprado y qué páginas web has visitado. Y nada de esto se empleará meramente con fines estadísticos ni mucho menos a tu favor, sino que será la herramienta de la que el estado dispondrá para disuadirte de hacer cualquier cosa que a las élites gobernantes y económicas les resulte molesta.

Además de que el gobierno tendrá en sus manos el método que siempre ha querido tener para impedirte comprar ciertos bienes y servicios, así como también racionarte el consumo mensual o anual de determinados productos , también podrán cruzar tus datos con empresas que mantengan «conexiones de conveniencia» con el estado. Imaginemos qué podría suceder si tus datos de salud, de no ser estos los ideales para un seguro de vida de precio estándar, caen en manos de una empresa aseguradora. ¿Te darían el seguro? De ser así, ¿te lo cobrarían al mismo precio?

El Foro de Davos – un peligro que va mucho más allá de un manojo de expectativas ahogadas

No cabe duda alguna de que toda persona que haya logrado forjar algo parecido a la riqueza, o que esté en vías de hacerlo, vio sus expectativas diluirse a partir del 20 de enero. No obstante, los peligros que se forjaron en Davos este año van mucho más allá del paulatino empobrecimiento de la clase media y de limitar los recursos y las libertades de las clases altas.

Si no somos cuidadosos con nuestro voto, tendremos que empezar a serlo con nuestras acciones, ya que cualquiera de nosotros podría ser tildado de disidente, o incluso de terrorista, por el mero hecho de hacer que los medios de comunicación deban trabajar más para ofrecer transparencia, incluso para que sean ellos los que deban evitar las fake news, y por poner en evidencia la depredación del estado sobre los ciudadanos.

Todo parece indicar que, si no te comportas como buen súbdito, podrán hacer algo peor que impedirte comprar tu ático Valencia: podrán quitártelo de las manos.  

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