La historia de Carmen y cómo vivir en Valencia cambió su vida
Es oficial, Valencia es la mejor ciudad del mundo para vivir. ¿Quién lo dice? Nada menos que InterNations. ¿Por qué lo dice? Por la calidad de vida que ofrece. En Valencia el transporte público es asequible, caminar por sus calles es seguro, las posibilidades de practicar deporte recreativo al aire libre son inmensas, cuenta con dos de las diez mejores universidades de España y la empleabilidad está en auge.
En esta oportunidad, hemos querido acercarte un testimonio de primera mano. Carmen compró un ático con nosotros. Ella venía de doce años de vida madrileña, la cual decidió dejar atrás después de su divorcio para empezar de cero en un lugar en el que pudiera fusionar su estilo de vida entre las actividades recreativas, especialmente para sus hijos, y el disfrute de la vida de interiores. Esto fue lo que le preguntamos después de cinco meses de haberse instalado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y estas fueron sus respuestas.
Comenzar de cero después de un divorcio y con dos hijos encaminándose a paso vertiginoso hacia la adolescencia, no es precisamente algo sencillo. Carmen se vio en la situación límite de tener que hacerlo y optó por Valencia como su nuevo hogar. Y esto fue lo que nos contó.
¿Por qué elegiste Valencia para vivir?
Necesitaba un cambio de aire, uno de verdad. Simplemente cambiar de ciudad, o incluso de comunidad autónoma, no me era suficiente. Estaba saliendo de un divorcio y mi propósito era olvidar y convertirme en una mamá cien por ciento disponible para mis hijos. Había vivido doce años en Madrid, así que sabía muy bien lo que son los ruidos, los atascos y la polución en el aire.
Quería un lugar con aire puro, así que evalué entre Barcelona y Valencia. Para mi sorpresa, los precios de Valencia pueden llegar a ser la mitad que los de Barcelona en algunos rubros. Eso me atrajo. Luego me topé con el dato que sería decisivo: los días de sol al año. ¡Son más de trescientos!
Cuando sabes que estás a un paso de entrar en una depresión que te va a alejar de tus hijos cuando más te necesitan, el sol puede llegar a ser el impulso final que te marque el rumbo. Y así fue.
¿Cómo fue el recibimiento que tuviste por parte de la gente de Valencia?
Esa fue mi primera gran sorpresa. No es habitual ser bien recibido de entrada por parte de quienes ya están instalados en un lugar desde hace tiempo. Pero aquí fue precisamente lo contrario. La gente es cálida, me refiero a los nuestros, a los españoles, porque me sorprendió muchísimo encontrarme tanto con extranjeros arraigados aquí como con nómadas digitales.
Todos ellos muy deseosos de entablar contacto y de conocer mi historia. Las madres de los compañeros del cole de mis hijos se mostraron muy abiertas desde el principio a invitarlos a sus casas y se pusieron a las órdenes ante cualquier cosa que yo pudiera necesitar. Me sentí como en casa, en un sentido en el que hacía mucho tiempo que no experimentaba.
¿Cómo encontraste la calidad del colegio para tus hijos?
Superó mis expectativas. ¡Lo difícil fue elegir uno entre tantos! Evalué unos cuantos antes de decidirme, y lo cierto fue que terminé eligiendo por cercanía, ya que la calidad de la propuesta educativa y de los docentes es excepcional en todos los casos.
¿Qué te pareció la propuesta de actividades infantiles?
Fuera de este mundo, especialmente si la comparo con la de Madrid, que es bastante acartonada y con ciertas limitaciones. Mis hijos ya casi son adolescentes, pero el parque Gulliver me recordó que todavía les queda algo de esos niños que volvían a casa llenos de tierra de tanto haber jugado. Verlos deslizarse por esos toboganes gigantescos me devolvió la vida que en un momento no supe en dónde se me había perdido.
Ya fuimos a saltar un buen rato a las camas elásticas y visitamos el L’Iber. ¡Se quedaron tan fascinados con esos soldaditos que me pidieron iniciar su propia colección! Aproveché este nuevo pasatiempo para fomentar la integración entre ellos, la cual no venía muy bien debido a los problemas antes del divorcio, así que me comprometí a buscar esos soldaditos siempre y cuando aceptaran armar la colección de manera conjunta.
¿Cómo encontraste el tema de la comida?
¿Además de que es un veinte por ciento más barata que en Madrid? Te cuento… Lo que encontré aquí me dejó boquiabierta. Después de haber salido a recorrer los restaurantes los viernes por la noche con amigos y amigas que hice aquí, entendí por qué tantas personas vienen a hacer turismo gastronómico aquí. Mira que he probado paellas en mi vida, pero como la de aquí, la auténtica paella valenciana, pues no, nunca había saboreado algo así.
Otro plato que me sorprendió fue el arroz. Siempre consideré a este cereal como un alimento insípido, recomendable solo para quienes tienen que cuidarse del estómago… pero el arroz de Valencia… ¡Es un plato gourmet!
Acá tenéis el arroz negro, que se hace con tinta de calamares; el que tiene costra, que se hornea; el senyoret, con su pescado listo para ser consumido sin dificultad alguna, y mi favorito, el que cambió mi forma de ver el arroz: el arroz a la banda, con azafrán, ñora y ese sabor a alioli que lo hace casi adictivo.
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¿Cómo te sientes en tu nuevo hogar?
Sinceramente, debo confesaros que no le tenía mucha confianza a lo que la vida en un ático pudiera ofrecerme. Si había algo que iba a extrañar de Madrid era mi casa de dos plantas y con jardín, la cual vendimos para cada uno rehacer su vida con el dinero de la venta. Pero gracias a ustedes, que planificaron una reforma increíble, os puedo asegurar que no hay nada que extrañe de Madrid, ni siquiera el jardín.
Quiero aprovechar esta oportunidad para agradeceros por el trabajo impecable que realizaron y por la paciencia que me tuvieron. Siempre fui una persona muy indecisa, y pensé que me iba a pasar con ustedes lo que tantas veces me sucedió: que me cancelaran el trabajo en curso de tantas idas y vueltas que tuve. Pero han actuado de manera tan profesional y tan cálida que ya os recomendé con los amigos que he hecho aquí que están pensando en hacer unas reformas en sus pisos.
Les confieso que cuando vi el renderizado 3D que me presentaron, me quedé esperando la trampilla, porque era un interior de película. Me dije para mí misma: «No, Carmen, olvídate de que quede así, este es un escenario imposible de reproducir de manera tan fiel y maravillosa». Y hoy me alegra en el alma deciros que me equivoqué.
Tengo un hogar de ensueño en el lugar soñado. ¡Qué más le puedo pedir a la vida!
Valencia cambió mi existencia tal como la conocía, y espero que sean muchas más las personas que se animen a dar este gran paso hacia su bienestar.
Una vida como la de Carmen te está esperando
Carmen no es una excepción, sino la regla. Las personas que se mudan a Valencia encuentran aquí aquello que les ha faltado toda la vida y lo que sobraba simplemente se desvanece. Gracias a la enorme cantidad de extranjeros que la han convertido en su nuevo hogar, Valencia es ahora la mayor comunidad de expatriados del globo. Aquí hay lugar para toda aquella persona que busque un estilo de vida tranquilo pero animado, culto y a la vez divertido, con posibilidades tanto de emplease como de emprender.
Si quieres experimentar el cambio sustancial que transformó la vida de Carmen, tenemos una gran cantidad de pisos, áticos y casas para mostrarte.
Acércate, tu nueva vida está más próxima de lo que imaginas.