Falla Plaza Ayuntamiento Valencia 2024

El exagerado dineral que cuesta la falla municipal de las Fallas 2024 de Valencia

Es el segundo monumento más caro de toda la ciudad

 

Unas columnas de madera y dos palomas unidas por una rama de olivo. Así de simple y sencillo se explica cómo es la falla municipal que ‘luce’ en la plaza del Ayuntamiento de Valencia para estas Fallas 2024. Atrás quedaron los años en los que la falla que paga el Consistorio era el emblema de la ciudad y el orgullo de una fiesta que, aunque no lo parezca, es Patrimonio de la Humanidad. Ahora se añoran proyectos como los realizados por Manolo García con la peculiar técnica de la vareta, alcanzando hasta los 40 metros de altura. La falla municipal más cara está llamada a defraudar si los valencianos y visitantes se crean unas expectativas basadas en el presupuesto. 

 

Nadie podrá poner en duda el trabajo de Pere Baenas, un maestro fallero que atresora diversos primeros premios de Especial y que ha demostrado que con libertad creativa es capaz de hacer fallas icónicas. Sólo hay que ver sus trabajos realizados en El Pilar o Convento Jerusalén. La debacle de la falla municipal empezó hace varios años. Tras las elecciones de 2015 nada ha vuelto a ser igual en las Fallas.

 

Bajo el yugo de Compromís 

 

El Ayuntamiento de Valencia liderado por Compromís, y con la actitud cómplice e interesada del PSPV-PSOE, cambió el formato mediante el cual se elegía la falla municipal. Los concejales ya no elegirían entre los proyectos presentados. Las habituales mayorías absolutas del PP de Rita Barberá se escenificaban en que el trabajo votado por los populares era el que se quemaba en la plaza en la noche del 19 de marzo. 

 

La mayoría simple de Compromís en 2015 y ante la hipotética posibilidad de que PSPV y PP coincidieran para decidir el proyecto de falla municipal, propició que el concejal Pere Fuset se inventara un proceso de elección totalmente controlado. Cierto, la decisión dejaba de ser de los políticos; a partir de ese momento era Fuset, y sólo Fuset, el que elegiría a los que debían determinar los proyectos de fallas municipales.

 

Por ‘casualidad’, desde ese instante comenzaron a presentarse reconocidos artistas falleros de la mano de diseñadores completamente ajenos a la fiesta valenciana. El caso de Okuda fue el más sonado. La pandemia dejó pendiente ver la falla de ‘La meditadora’ diseñada por Escif, así que la deuda se salda de forma peculiar en estas Fallas 2024, aunque en el Ayuntamiento ya no manda la izquierda.

 

Regalo envenenado

 

A finales de abril, a cerca de un mes  de las elecciones municipales, el grupo de ‘expertos’ decidido por Pere Fuset determinó el fallo ante las candidaturas presentadas para las fallas municipales. De los proyectos ‘perdedores’ no se suele desvelar ningún detalle, aunque se sabe dentro del mundillo fallero que algunos artistas han reciclado fallas que aspiraban a ser municipales y han acabado en calles de la ciudad.

 

Así que los expertos elegidos por Fuset decidieron, con total libertad y sin ningún tipo de injerencia política, que la falla municipal para 2024 sería obra del maestro Pere Baenas con el diseño de Escif. Al perder Compromís las elecciones, situación que se intuía ya en el momento de elección del proyecto ganador, el regalo envenenado estaba servido y preparado con muy buen gusto. También es cierto que hay que tener en cuenta que se cumplieron los plazos ‘tradicionales’, ya que de haberse esperado a la constitución del nuevo Consistorio y sus respectivas concejalías, se habría dado la situación de haber llegado a septiembre sin artista fallero, extremo inviable para la contratación de un monumento fallero.

 

Obviamente ganó un estilo de falla que sólo puede darse con un concejal de Compromís eligiendo uno a uno al jurado. La excusa del aumento del presupuesto hace más si cabe que las expectativas se derrumben al ver el trabajo en la calle. 

 

La falla más cara y bajita

 

20 metros de altura, de las fallas municipales más bajitas, y un presupuesto municipal que asciende hasta los 239.000 euros. Si atendemos a los precios declarados de forma oficial por cada comisión fallera (otra cosa es lo que se pague de forma real al artista), la falla municipal que Fuset ‘regaló’ al PP es la segunda falla más cara de todas las que se plantan en Valencia en la noche del 15 al 16 de marzo. A sólo 6.000 euros de la más ‘top’: los 245.000 de Convento Jerusalén, que paradójicamente realiza el mismo artista, pero con diseño del mítico Alejandro Santaeulalia. Fuset ya avisó en abril: “No significa que la falla tenga que ser más grande, sino que mejoramos la retribución de los artistas falleros”.

 

La explicación que podría servir para intentar comprender el excesivo presupuesto para el trabajo que sale del taller es que se desconoce la proporción del dinero que se reparten diseñador y artista fallero. En toda la Valencia fallera es el artesano el que elige ilustrador, bien porque forme parte de su equipo o por colaboraciones puntuales. Pero en este caso es una propuesta conjunta. Además, según señalaron desde el Ayuntamiento de Valencia, la propuesta ganadora se ha realizado con materiales “100% sostenibles y ecológicos”.